sábado, 11 de abril de 2020


UN  " ALGO "

En la Cereceda de los años 50, yo dejé la escuela Unitaria de Niños de Cereceda al terminar el curso 52 - 53, cuando iba a celebrarse una boda, las vecinas llevaban a la casa del novio un " algo."
En las bodas de aquellos años había un ritual que se cumplía con rigurosidad : era la tradición en el pueblo. Si ambos contrayentes eran de Cereceda, la boda se celebraba en la iglesia parroquial.
Si la novia era de Cereceda y el novio " de fuera," la ceremonia religiosa se celebraba en Cereceda y " el resto " de la boda en el pueblo del novio.
Si la novia era de otro pueblo, había que ir al pueblo de la novia a celebrar la ceremonia religiosa.




Una vez acabada la ceremonia, los padres de la novia invitaban a los parientes del novio a dulces y bebida en su casa. Después todos al pueblo del novio.
El convite tras la misa era en la casa de la novia y todas las vecinas pasaban por la casa, en los días anteriores a la fecha de la boda,  para felicitar a sus padres y llevar un " algo."
Ese " algo " solía ser un kilo de arroz, o un kilo de azúcar, o un kilo de harina, o una docena de huevos. Era la forma que tenían las vecinas de ayudar en los gastos de la invitación : dulces y chocolate.
La vecina que llevaba un " algo " recibía la invitación para acudir a la misa y a ese banquete. Ella y su familia.
Podía decirse que una boda era una mañana de fiesta en el pueblo de la novia, y esa mañana el maestro y la maestra estaban también invitados.
 La gaita y el tamboril eran los encargados de anunciar, desde las primeras horas de la mañana, el festejo popular.

Foto es,images.search.yahoo.com   Floretas para la boda.

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