martes, 1 de diciembre de 2020

 

PAN DE AYER, carne de hoy y vino de antaño, hacen al hombre sano.



Es una frase de mi abuela Fausta.

Ella destacaba la primera de las tres partes : el pan de ayer.

Tengo un amigo médico, cirujano torácico, al que he dicho la frase y se ha reído. " Esa frase la decía mi madre cuando hacía el pan en el pueblo. Yo le preguntaba ¿ cuándo comeremos el pan de hoy ? y ella siempre respondía : mañana, hijo, mañana. Y ¡ qué razón tenía ! porque el pan de hoy está bueno mañana."

La carne es mejor comerla tras la matanza del animal. Mi madre guisó muchos cabritos recién desollados en un ciruelo que teníamos en el huerto de casa. Pero había otras carnes que ella pensaba que era mejor dejarlas una noche " al sereno." 

- Así , decía ella, se les quita el " tufo " del monte. La carne del jabalí está mejor si esta noche se queda colgada al sereno. 

E igual decía de la carne de las liebres.

Recuerdo que en una ocasión los mozos - yo era entonces mozo joven - compramos un buche, que es la cría jovencita de la burra y mi madre la guisó y la comimos, aunque muchos la comieron sin saber que era de ganado asnal. Mi madre, que fué la cocinera, dijo que había que dejarla unas cuantas noches " al sereno " para que la luna le quitara el dulzor.

El vino, " añejo " ,dice el refrán. Mi padre vendía en la taberna vino del año. El vino añejo, para él, había perdido sabor y se había convertido en " química." Además mi padre traía el vino de San Martín, de Las Casas o de Villanueva en pellejos y desde el pellejo a la jarra en el bar o a la damajuana del comprador.

- La pez del pellejo " esbarata "  el vino si se tiene mucho tiempo ahí. Igual que decía del vino que estaba en la bota.

- Hay que beberlo pronto, antes de que sepa a pez, sentenciaba el tabernero de la Taberna de Cándido.

Foto  google.com

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