jueves, 26 de enero de 2017

LOS PUCHEROS DE LA LUMBRE

Dedico este artículo a mi madre y a todas las mujeres de Cereceda, "  dueñas y señoras "de la lumbre, de las tenazas, y de su mantenimiento, desde las primeras horas de la mañana hasta la medianoche.

Cuando llegaba el invierno la lumbre estaba muy bien aprovechada.
Además del calor que daba a toda la casa, y no solo a la cocina, tenía siempre un caldero " de cocer a los marranos y a las gallinas" colgado de las llares o un " calderete " con agua hirviendo para fregar y para otros menesteres.
Alrededor de la lumbre, a media mañana, podían verse unos pucheros de barro, de los puchereros de Tamames, con distintas finalidades.
Un puchero donde cocían los garbanzos y el tocino. Un puchero chico con agua, que servía de tapadera al puchero grande, por si era necesario añadir agua al " cocido ", pues el agua " a añadir " debía estar muy caliente.
Un puchero con el chorizo y la morcilla.
Un puchero con las berzas y los huesos del marrano.
Un puchero con las castañas.  " Las castañas cocidas  son un manjar exquisito " en expresión acertada de mi amigo y escritor de temas de Cereceda, Isidro Marcos Martín. Las castañas cocidas era el postre del mediodía durante el invierno.
La lumbre estaba junto a la pared de la chimenea, y era un semicírculo, que se hacía sobre una " piedra de cantería ", que hubo que cambiar por una chapa gruesa con el paso de los años porque el granito se " desgranó " con el calor.
¡ Qué recuerdos traerá este artículo a muchos "gatos "y"gatas "  hoy lejos de la lumbre de la cocina de su casa del pueblo . ¡

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