Es una frase de castellano " antiguo " cuando los adjetivos calificativos eran colocados delante del nombre para destacarlos. Es un lenguaje culto, muy elegante, propio de escritores " clásicos ".
Se dice para criticar toda desproporción. Hay personas que quieren ocultar su pequeñez en la presunción.
Suele ser la vanidad quien concede y da validez a este refrán.
Es un refrán que, en los libros de refranes, está unido a una anécdota que se cuenta del rey Carlos I, allá por la mitad del siglo XVI. En esa época Toledo era la ciudad imperial, pues el rey Carlos I fué Emperador de Alemania con el nombre de Carlos V.
Cuando yo iba a la escuela de Cereceda, D. Lamberto nos enseñaba a llamar a este Rey con los dos títulos . Carlos I de España y V de Alemania.
" Se cuenta que el famoso Alcalde de Corte y Fiscal del Supremo Consejo de Castilla don Francissco de Vargas era un hombre " de mérito " pero menguadísimo de talla. Cuando su riqueza se lo permitió se hizo levantar en la imperial Toledo una gran mansión.
En una ocasión el rey Carlos I acudió a darse un paseo por las orillas del río Tajo, el río que bordea Toledo, y desde el Valle contempló la mansión de Vargas.
Admirado por tanta grandeza, exclamó :
" ¡ Chico pájaro para tan grande jaula ¡. "
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