martes, 3 de abril de 2018


LOS AJOS Y EL VINAGRE






El blog ha hablado en varias ocasiones de los ajos.
En mi casa siempre había ajos, unos de cosecha propia que mi madre sembraba en el huerto de el Castaño, en un surco " gordo " junto a la pared del huerto de la señora Esperanza, y otros comprados a los vendedores ambulantes que aparecían por San Juan, pregonando por las calles y la plaza " ajos morados de Las Pedroñeras ".
Luego me enteré que Las Pedroñeras era " el pueblo de los ajos " en la provincia de Albacete ( España ). Aunque los que llegaban a Cereceda eran de provincias más cercanas.
Un amigo médico , conocedor de que los ajos son mis " enemigos, " pues tengo alergia al ajo y a la cebolla, me ha contado una historia de ajos y vinagre.
El Dr. Salvador Andreu - me ha dicho - cuenta la anécdota de los ajos macerados en vinagre. Una anécdota recogida del Dr. Boinet, de la Academia de Medicina de París.
" Durante la peste bubónica que asoló la ciudad de Marsella entre 1.720 y 1.721, unos ladrones se dedicaban a robar en todas las casas que quedaban vacías por fallecimiento de sus moradores o porque las abandonaban. Robaban también a los cadáveres sin contagiarse. Detenidos fueron presentados ante el juez.   El juez ,extrañado de que ellos no se hubieran contagiado, les hizo una pregunta al juzgarlos y condenarlos:
- ¿ Cómo es que vosotros, todo el día entre cadáveres y enfermos a quienes robáis, no habéis sido contagiados de la peste ?.
Ellos respondieron :
- Si su Señoría nos concede el perdón y elimina el castigo, le diremos la fórmula. Nosotros no padecemos la peste gracias a nuestros remedios caseros.
El juez se avino a perdonarlos si decían públicamente el remedio " en bien de todos los vecinos de Marsella. "
- Señoría, nosotros comemos ajos macerados en vinagre - le dijeron. Ese es nuestro remedio contra la peste.

                         Foto   www.google.es

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