jueves, 30 de marzo de 2017

LAS GRULLAS DE ÍBICO

Hoy escribo el artículo con el comienzo de la explicación de un refrán para citar el refrán en la frase final.
Ïbico fué un poeta lírico griego del siglo VI a. de Cristo.
A pesar de la desahogada situación económica familiar, vivió una vida de aventuras y pasó parte de ella en la corte de Polícrates, tirano de Samos - isla de Grecia en el mar Egeo. Tiene una población de 35.000 habitantes -, por quien fué protegido.
Esta es la historia de su muerte.
Mientras estaba en la vecina villa de Corinto -  una ciudad-estado ( polis ) en la franja de tierra que une el Peloponeso con la Grecia continental, a medio camino entre Atenas y Esparta - el poeta fué mortalmente herido por unos ladrones. Mientras yacía moribundo vió un numeroso grupo de grullas que volaban sobre su cabeza, a las que invitó a vengar su muerte. Los ladrones, que eran de Corinto, después de su criminal acción se dirigieron a ver una representación. El teatro era al aire libre y con entrada gratis. Allí aparecieron las grullas.
Uno de los ladrones, en un gesto de burla al ver las grullas, gritó : "¡ Observad a los vengadores de Ïbico ¡ ". Y así ellos mismos dieron la pista para su detención.  ( Plutarco. De Garrulitate, XIV ).
Las grullas de Ibico se convirtieron en un proverbio entre los griegos por el descubrimiento del crimen a través de la intervención divina.

Ahora el refrán :
   " Un testigo que vió vale por dos; y si vió y oyó vale por ciento dos. "

Etiqueta        Refranes.

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