Una salmantina residente en esta ciudad desde hace muchos años, procedente de la comarca de Alba de Tormes, me cuenta que en su pueblo era costumbre que los padrinos del bautizo del primer niño o niña del matrimonio fueran los padrinos de la boda.
En Cereceda esta costumbre existía hasta hace unos 40 años. Desconozco si en la actualidad " sigue en vigor "
Le explico que en el pueblo ha habido algunos bautizos en agosto pero yo carezco de información sobre los padrinos de esos bautizos.
Mi tío Horacio y mi tía Floripe, hermanos de mi padre fueron mis padrinos de bautizo, mis padrinos de boda y los padrinos de mi hijo.
Los matrimonios de " gatos " y " gatas " se han ido perdiendo con el paso de los años y la emigración.
Idéntico camino han llevado los nombres de los hijos e hijas. Antes tenían relación con padres y madres, abuelos o abuelas. Hoy los nombres extranjeros o de otros tipos llenan los libros de nacimientos.
Todavía tengo algunos amigos que siguen una tradición que ellos denominan familiar : el hijo como su padre y la hija como su madre.
Los padrinos en Cereceda contraían la obligación de dar un chorizo - el aguinaldo - el día de Año Nuevo a los ahijados y ahijadas.
En mi familia la madrina entregaba el chorizo y el padrino un dinero. Mi tío padrino me daba una peseta, cuatro reales. Una cantidad "muy elevada " de dinero.
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