martes, 6 de febrero de 2018

POCO A POCO, HILA LA VIEJA EL COPO.

El copo era el bolo de lana que se colocaba en la rueca para convertirlo en un hilo fino de lana. Luego esa lana se convertía en calcetines o jerseys para el invierno.
En Cereceda en las noches de invierno, alrededor de la lumbre era normal que las mujeres se dedicaran a hilar los copos de lana que habían lavado y secado - tendidos en las zarzas de la orilla de la carretera o en las zarzas de la orilla del río - para hacer el trabajo en invierno.
Estos días hace mucho frío en Cereceda. Varios grados bajo cero. Pero no quedan lumbres ni mujeres que sentadas en las sillas bajas se dediquen a tejer los copos de lana.
Quiero añadir que este refrán tan conocido y mentado por la gente era mucho más largo en el pueblo.





Mi tía Floripe decía " poco a poco hila la vieja el copo y se esgranan las alubias."
Todos los " gatos " - mucho mejor las " gatas " - saben lo que significa " esgranar alubias ".
Al final del verano se recogían las alubias en Cereceda. Había muchos huertos sembrados de " chochos " y de alubias. Las alubias se vendían más caras y los mejores huertos se dedicaban un año a patatas y al año siguiente se sembraban alubias.
Las alubias precisan mucha agua. Valcabrero, las Dos Cerrás, las Canalejas, y todos los huertos a orillas del río Chico, desde la Fuente Castaño hasta el Chorrero se sembraban de alubias.
Cuando se cogían las alubias en años de mucha cosecha se quitaban las vainas y se extendían en el " sobrao " para que se secaran bien. Cuando llegaba el invierno y tras el rosario en la iglesia y la cena, la cocina se llenaba de alubias que había que " esgranar " a mano .





A este trabajo lo acompañaban los cuentos, las historias, las leyendas, las perronillas o las obleas, la botella de anís o de aguardiente y - cuando llegó la radio - los discos de Radio Andorra.
Era un trabajo de mujeres y niños a los que se unían los hombres que no iban a la taberna y los mozos que acompañaban a la novia en casa de los futuros suegros.
Esas alubias las vendíamos los domingos por la mañana en las dehesas del Campo Charro en un viaje a pie, detrás de la burra.

    Fotos   www.google.es



Etiqueta   Refranes

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