Este refrán, aunque un poco cambiado del refrán original, era una " amenaza " de mi tía Floripe a sus sobrinos y sobrinas en la época de las Navidades.
Las Navidades traían las matanzas y el frío, la nieve y los chupiteles en los tejados, la falta al rosario y alguna visita a la abuela. Menos mal que cuando fuimos " grandes y teníamos exámenes, sabíamos ya que los regalos de los Reyes Magos no llegaban de Oriente sino de Tamames o de Salamanca.
Mi tía nunca quiso enseñarme, aunque yo era su ahijado de bautismo y de matrimonio, esa libreta verde, en la que el rey Gaspar anotaba todas " las obras buenas y las obras malas " que todos los niños del mundo hacen a lo largo del año.
El rey Gaspar es, desde siempre. mi rey favorito. Cuando hace muchos años fuí rey en una Cabalgata y en un reparto de juguetes, pedí ser Gaspar, pero me nombraron Melchor, que era el jefe de los tres magos, " por su sabiduría y por su edad," me dijeron los organizadores.
El año 2.016 tuve que identificar a José Luís Tapia con un rey en la visita a Cereceda de un rey mago, y yo, sin preguntar al interesado, le asigné el nombre de Gaspar.
Todas las personas recordamos con ilusión - no me gusta hablar de añoranza - la mañana de Reyes asociada a una persona. Yo he querido asociar mis recuerdos a un refrán y a mi madrina, mi tía Floripe.
Foto www.google.es
Etiqueta Refranes.
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