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La música había ido a la casa del señor cura. Don Antonio salía de casa con su bonete y su sotana, " charlando " con el predicador. El predicador era un fraile dominico de la Peña de Francia. Elegante con su hábito blanco y su capa negra.
Emprendían el camino hacia la iglesia mientras un grupo de casados y solteros volteaban las campanas.
La iglesia llena. Las mujeres en la parte de delante con el velo en la cabeza esperaban rezando en sus reclinatorios. Los hombres atrás. Los mozos en la tribuna.
Misa cantada con abundancia de velas en el altar. Misa " Mayor " con cuatro monaguillos.
El sermón. El predicador sin micrófono echaba el sermón desde el púlpito. Un púlpito con escalones de piedra y la barandilla de hierro con adornos, hecha en la fragua del pueblo.
.... Y al terminar la Misa, la procesión.
El señor Eleuterio, el sacristán, con la cruz de guía. Un " buen " mozo con el pendón morado, el pendón de San Marcos. Un recuerdo de " cuando en Zerezeda había la Cofradía de San Marcos, la dueña del semental ". El pendón había que bajarlo muchas veces pues los cables de la luz atravesaban la calle.
El Santo a hombros de cuatro mozos, los futuros quintos. Un San Marcos de escayola, gigante, hoy " retirado " en la tribuna.
Detrás iba yo con el incensario, y a mi lado Juan con la naveta. Don Antonio con una capa roja y el predicador a su lado, y los dos monaguillos, y la corporación municipal, y la música.
Los niños y las niñas en fila, las mozas y los mozos, las mujeres con el velo y los hombres con la gorra en la mano. Junto a las casas.
Carretera arriba hasta la puerta del señor Daniel, calle Larga abajo hasta la casa del señor Hipólito, el panadero, y, por la puerta del comercio, a la plaza.
El voltear de las campanas, los cohetes, la música ......
Aquella procesión, hoy en el recuerdo de muchos de nosotros, fué mi última procesión de monaguillo.
El día de San Marcos. 25 de Abril de 1.953
Etiqueta Cosas de mi vida.
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