SI ENCUENTRAS UNA HOJA DE LAUREL EN EL GUISO, NO TE CASAS.
Esta es una frase que se decía en Cereceda cuando yo era niño. Por esa razón nadie quería " la mejor tajada" del puchero de patatas que se cocía a la lumbre cada noche.
Si las patatas eran " esbaratás " mi madre acostumbraba quitar antes la hoja o las hojas de laurel que siempre echaba en el puchero. Unas hojas , lo he dicho en algún artículo, que provenían de la laurelera que Marcelino y Esperanza tenían en el huerto limítrofe con nuestra casa. Más tarde serían Manolo y Justa quienes nos proveerían de laurel. Hoy la laurelera sigue en pie pero ahora el dueño es su hijo Ángel.
En las fiestas navideñas se acostumbra guisar cabrito y en ese guiso se ponen unas hojas de laurel.
- Deben ser de una laurelera macho porque tienen más sabor. - decía mi madre, experta cocinera de bar y posada.
Recuerdo que los portugueses que venían con contrabando, cenaban patatas sin pimiento ( sin componer ), con aceite crudo y bacalao.
- Señora Constantina, no le ponga laurel a nuestras patatas. decían en un castellano aprendido en la " raya ". Ellas, las jóvenes portuguesas, llamaban la " raya " a la frontera. A mí me maravillaba lo bien que hablaban el castellano las portuguesas y lo mal que lo hablaban los portugueses.
- Ellas pasan muchas veces la " raya " y acuden a comprar en España - me explicaba mi madre, que pasó unos años en Ituero de Azaba ( Salamanca. España) con sus familiares.
Hoy me doy cuenta de cuál era la razón por la que las jóvenes contrabandistas pedían a mi madre que el laurel no fuera un condimento de su cena.
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Etiqueta Frases castellanas
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