viernes, 1 de diciembre de 2017

" UN PALO AL CANDIL Y TODOS A DORMIR "






Es una frase castellana que mi padre " tenía en la boca " cuando llegaban las frías noches del invierno de Cereceda.
Cuando yo era niño la luz llegaba al pueblo desde la central eléctrica que había en las Casas del Conde. Esta central tenía " poca potencia " y, cuando llegaba el invierno, la luz desaparecía del pueblo por días difíciles de adivinar. Los postes que sostenían el tendido eléctrico eran de madera. Los " hilos " se cargaban de nieve y los postes se caían y, muchas veces, se rompían pues estaban " podridos ".
En esos días en la posada de mis padres llegaba " la hora de los candiles " porque se colocaba un candil en la cocina, que aumentaba la iluminación proveniente de la lumbre, y otro en la sala. En la sala estaban las camillas en las que se jugaba a las cartas al calor de un brasero de cisco.
Una vez acabada la sementera, el trabajo en el pueblo se reducía a juntar hoja, segar " gelechos ", sacar raíces para la lumbre y echar comida a vacas, cabras, ovejas y marranos en los corrales. Era también la época de la fragua, del taller del carretero y de " hacer " briendos, briendas y rastros. Cada vecino los hacía de forma artesana en su corral.
El pueblo despertaba tarde porque hacía mucho frío, " caían heladas y nevadas " que asustaban, los niños y niñas entrábamos a la escuela a las diez y media y " no era conveniente madrugar para fumar el primer cigarro del día y gastar leña."
Los jóvenes y los hombres, tras la cena, se iban al bar sin prisa por volver " a la cama."  Una partida al tute y unas copas de aguardiente animaban a pasar las horas, que avanzaban lentamente.
Mis padres se acostaban y yo me convertía en camarero de " medianoche. "   
Cuando mi padre se despertaba , a las doce o la una, y  calculaba los " beneficios del bar " y el gasto de aceite, petróleo o carburo de los candiles, acostumbraba a pronunciar esa frase : " Un palo al candil y todos a dormir ".

                  Foto  www.google.es

Etiqueta  Cosas de mi vida.

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