" La nieve traía la alegría a los cazadores furtivos y a las zorras porque se acababa la clandestinidad de las liebres, las fuinas y las perdices. " Raúl del Pozo. El Mundo 2.017/12/01.
La fuina es el nombre que en aragonés se le da a la garduña, especialista en " robar gallinas " en los corrales de Cereceda.
Cuando en Cereceda caía un nevazo y era " época de escuela " D. Lamberto venía desde El Cabaco con su bastón con la funda de una bala en el extremo, sin asustarle la nieve. Una caminata de más de tres kilómetros. Esa nieve producía poca alegría a los chicos mayores.
Si la nieve caía en la vacaciones de Navidad, mi padre y yo nos íbamos antes de comer hasta la tierra de la Puente San Martín a " coger " conejos.
Yo llevaba un saco de las patatas como arma de caza. En esa tierra había muchos " gelechos " que servían de cama a las liebres y a los conejos. En la orilla de la pared del huerto del tío Pólito, el padre de Serafín, siempre había algunos animales refugiados . Mi padre le tiraba la chaqueta encima y ...al saco. Si eran capaces de " saltar de la cama " se atascaban en la nieve y era fácil cogerlos.
Éramos cazadores furtivos a los que nos gustaba ir de caza cuando un buen nevazo ponía blancas la Monte la Rade, las Salgaeras Pataloso, Valcabrero, Valdecaseras o El Aceitero.
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Etiqueta Cosas de mi vida.
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